La resina de cedro siberiano

La resina de cedro siberiano

La resina de cedro es un antiséptico natural. Se sabe que los cedros son una peculiar fábrica de oxígeno, cargado de iones negativos y fitoncidas, un medio ideal para un descanso saludable. En un metro cúbico de aire de un bosque de cedros hay de media en total 200-300 células de microbios, pues los fitoncidas de los cedros los matan con su acción antimicrobiana. El aire de los bosques de cedros se puede considerar prácticamente estéril de microbios.

La resina del cedro posee valiosas propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes, relajantes (en las guerras se llegaba a usar como anestésico), regeneradoras y revitalizantes. Tiene un gran poder regenerador del organismo, aportándole todas las sustancias necesarias para fortalecerlo. Es un gran reconstituyente, ideal para convalecientes. La resina de cedro es un fantástico estimulante del sistema inmunológico que restablece la energía viva del organismo. En Rusia se utiliza desde tiempos inmemoriales en medicina.

Durante la segunda guerra mundial se utilizaba con gran éxito un bálsamo de resina en los hospitales militares porque permitía reducir los tiempos de curación y a muchos ayudó a conservar la vida.