El arándano agrio es muy popular y apreciado en Siberia, no sólo por su exquisito sabor, sino también por la riqueza de sustancias que contiene: ácidos orgánicos (láctico, cítrico, málico, oxálico, etc.), diferentes azúcares, pectinas, taninos, vitamina C, vitaminas del grupo B y carotenos.

Las semillas del arándano agrio son ricas en un aceite esencial muy apreciado por su contenido en tocorinol, una forma activa de vitamina E que contribuye al rejuvenecimiento de la piel, ácidos orgánicos, vitaminas y oligoelementos, cuya riqueza le da unas propiedades antioxidantes extraordinarias. Es un potente antibiótico natural contra las bacterias causantes de infecciones urinarias (cistitis, cálculos renales o arenilla, etc.). Por su eficacia bactericida también es ideal para gastroenteritis y colitis. El arándano agrio disuelve el ácido úrico.